La rodilla es una de las articulaciones más castigadas del cuerpo humano. Esto es debido a que sobre ella recae el peso del cuerpo y soporta las fuerzas, impulsos, giros, saltos y un amplio abanico de movimientos que realizamos a diario, en nuestra vida cotidiana y, sobre todo, en la práctica deportiva.
Por eso es bastante habitual hablar sobre rodilleras, y aquí cada uno cuenta la película según le va y, a veces, una rodillera cumple una función muy conocida en el argot médico: El efecto placebo. Otras veces realmente cumplen para la que están destinadas que es ayudar a la rodilla a mantener su funcionalidad. Podemos dudar si es aconsejable o no su uso, hay defensores y detractores, como en todo.
A partir de aquí surge el problema y la duda: ¿Qué tipo de rodillera debo utilizar?
Pues bien, la respuesta a esto no es nada sencilla, aunque pueda parecerlo. Para aproximarnos a la respuesta más correcta, deberíamos tener una serie de datos importantes, como pueden ser:
*Tipo de lesión sufrida. En la rodilla se pueden producir varios tipos, dado que la componen diferentes elementos. Lesiones óseas (fracturas en meseta tibial, rótula, etc.) Lesiones de menisco (fisuras, roturas, desgaste, etc.) Lesiones ligamentosas (ligamento cruzado anterior o LCA, cruzado posterior o LCP, ligamentos laterales, etc.) Lesiones tendinosas (tendón rotuliano, tendón cuadricipital, etc.)*Grado de inestabilidad. Según el tipo de lesión la inestabilidad de la rodilla es diferente, pudiendo ser desde casi inexistente (tendinitis rotuliana) hasta altas inestabilidades (lesiones de rotura de ligamentos, LCA, laterales…)*Grado de desgaste. En el caso de meniscos, por ejemplo, es importante conocer el grado de desgaste a fin de poder valorar qué tipo de rodillera tendrá una mayor sujeción vertical frente a impactos. También es importante saber si este desgaste produce desviación en la alineación de la rodilla, en varo o en valgo.
Estas son algunas de las informaciones importantes a la hora de dirigirnos a un establecimiento de ortopedia para adquirir una rodillera y que ayudarán mucho al profesional para determinar qué tipo es el más adecuado.
Una vez hecha esta introducción, hay que saber qué tipos de rodilleras podemos encontrar y una orientación de para qué pueden servirnos.
RODILLERAS ELÁSTICAS NEOPRENO
Este tipo de rodilleras fueron muy utilizadas hace unos años. Principalmente ofrecen compresión y calor, aunque algunas de ellas contaban también con flejes laterales para aportar estabilidad.
Cada vez se utilizan menos dado que el material no es transpirable, como muchos de los actuales, por lo que producía sudoración y, en ocasiones, reacciones dermatológicas.
RODILLERA ELÁSTICA TEXTIL
Actualmente este tipo de rodilleras están fabricadas en tejidos elásticos multidireccionales y suelen tener diferentes grados de elasticidad para aplicar la compresión óptima en cada zona. Estos tejidos son, en general, de alta transpirabilidad.
Aportan compresión variable por zonas, algo de calor y un apoyo a la estabilidad leve, ya que las “varillas” laterales son de fibra y por tanto tienen cierta elasticidad. Con la zonas de compresión variable ejercen un “efecto masaje” que favorece la circulación y reduce inflamaciones.
Muchas de estas rodilleras cuentan con rodete (abierto o cerrado) para centrar rótula.
Las recomendaciones principales serían, por poner unos ejemplos, sensación de inestabilidad, derrame recurrente, lesiones leves de menisco, dolor relacionado con estrés, hinchazón…
RODILLERA ELÁSTICA TEXTIL CON SOPORTES LATERALES
Al igual que las anteriores para su fabricación se utilizan tejidos elásticos multidireccionales con diferentes zonas de compresión; una diferencia es que al ser productos más técnicos los materiales son de mejor calidad. Tejidos Hi tech, o con formato celdilla favorecen la transpiración y aireación de la zona.
En estas rodilleras se incorporan flejes laterales, generalmente metálicos (aluminio para que sean ligeros) y articulaciones que son más complejas cuanto más elevamos el nivel de rodillera. Podemos encontrar articulaciones policéntricas desde las simples con dos puntos de flexión sujetos con remaches especiales hasta las más completas, que cuentan con dos puntos de flexión con coronas dentadas y, en algunos casos, un sistema de freno que evita la el “golpe” que se produce cuando se extiende al máximo.
Las recomendaciones principales son inestabilidades por lesión ligamentosa, con mayor estabilización cuanto más larga y más puntos de ajuste, procesos post operatorios (algunas permiten llevar control de flexo extensión y bloqueos)…
RODILLERAS FEMORO – PATELARES
Este tipo de rodilleras tratan lesiones producidas en la rótula o los tendones que la soportan. El síndrome patelofemoral afecta entre el 20 y 30% de la población en algún momento, y representa alrededor del 10% de las consultas. Son las mujeres las que lo sufren más, con un 58% frente al 42% de los hombres.
Las lesiones más frecuentes son dolores asociados a inestabilidades rotulianas, subluxaciones laterales, condropatías, tendinopatías, meniscectomía, etc.
Existen diferentes modelos, destinados a tratar todo el abanico de dolencias, desde las cinchas rotulianas, destinadas a tratar solamente las tendinitis rotulianas (con el principio de alivio por presión). Otros modelos permiten realizar un centrado de rótula, y otros más complejos permiten “atacar” varias dolencias, tenidinitis rotuliana o del cuadricipital, sobrecargas, síndrome de OsgoodSchlatter y dolores en la parte anterior de la rodilla.
Algunas cuentan con diseños innovadores, como la DONJOY REACTION o la COMPEX TRIZONE que realizan un “efecto kinesio, ejerciendo presión en varios puntos clave, en el caso de la reaction, realizando una descarga activa y, en el caso de la trizone, ejerciendo el efecto masaje propio de la compresión variable.
RODILLERAS FUNCIONALES
Este tipo de rodilleras son utilizadas habitualmente cuando se producen lesiones ligamentosas, fisuras o roturas de meniscos u otras que tienen como consecuencia inestabilidades de moderadas a fuertes en la articulación. Con su armazón rígido ofrecen un soporte para estabilizar la rodilla, tanto en movimientos laterales como en verticales.
Las más completas cuentan con sistemas que están diseñados para protegerse frente a esas lesiones, como el principio de 4 puntos de apoyo (o palanca), las articulaciones Fourcepoint, etc.
Este tipo de rodilleras se utilizan desde hace ya algún tiempo para prevenir lesiones en algunos deportes de alto impacto. En USA, por ejemplo, muchos equipos de Football americano dotan a todos sus jugadores para su uso en los entrenamientos a fin de evitar lesiones. En deporte aficionado también está aumentando su uso preventivo, sobre todo en deportes de alto impacto, como el enduro, motocross e incluso el esquí.